UN OJO O DOS OJOS ABIERTOS.19-08-2024
Publicado por: Alejandro Martín (Tío Jander)
UN OJO O DOS OJOS ABIERTOS.
Seguro que hay alguien que,,, incluso me contradice y me asegura la existencia de más ojos.
Seguro que hay alguien que,,, incluso me contradice y me asegura la existencia de más ojos.
En tratándose de apuntar con un arco, convendremos en considerar únicamente DOS OJOS.
Como forma de continuar con las dos previas news letters, en las que pongo en relación a los arcos de poleas y los arcos tradicionales, este envío puede perfectamente unirse a la temática.
Partamos de una idea que es la de nuestro ojo dominante. No esplicaremos aquí como se determina nuestro ojo dominante, lo trataremos en otro escrito. Sobre nuestro ojo dominante se vuelca toda la responsabilidad de apuntar o alinear focalmente el proceso de disparo. Ocurre en ambos tipos de arcos : arco de poleas o arcos tradicionales.
En los arcos de poleas, contamos con el imperativo del punto de mira, el pin de puntería. Necesariamente el ojo dominante que apunta hace soportar todo el proceso de alineación del blanco, del pin, el paso por el peep de la cuerda y en ultima instancia su aterrizaje en nuestro ojo de todo lo que vemos al otro lado del arco. Hay un proceso anatóomico de convergencia de todos estos elemento sobre uno de los dos ojos. Y solo sobre uno, el dominante.
Esto no necesariamente ocurre con un arco tradicional en donde, en muchos casos, el tiro es menos secuencial: blanco, alineación y ojo. No hay tantos puntos de control para alinear la postura.
En todo caso, muchos grandes tiradores y cazadores de arco de poleas, consiguen notables ventajas manteniendo ambos ojos abiertos mientras secuencian el disparo. Con un arco de poleas y ambos ojos abiertos, y con alguna práctica, nuestro cerebro termina por trabajar con una imagen del pin del visor flotante. Es decir, apuntamos con el ojo dominante, mantenemos los dos ojos abiertos y tenemos visión en ambos, y aparece la imagen del pin, en la imagen bifocal de nuetro cerebro, como sobrepuesta y flotando Parece que esta formula genera mayor concentración en el blanco con nuestros disparos.
Pero hay muchos tiradores que, personalmente no gustan de tirar con los dos ojos abiertos, y les va muy bien también.
Quienes practican las sueltas con un ojo cerrado, y no se encuentran cómodos, aducen que cerrar el ojo no dominante para concentrar el proceso en el dominante, genera un tensión facial que dificulta la relajación en la cara en ese momento crítivo de alineación y disparo relajado y sorpresivo. Cuando lo que estas entrenando es un disparo relajado, que te sorprenda, tener forzada una parte crítica de la cara puede no ser muy apropiado.
En el caso de los arcos tradicionales, quienes hacemos especialmente tiro instintivo de caza, solemos cantear el arco. Esto es inclinarlo un poco. La ventaja de inclinar estos arcos es, en parte asegurarnos de que la flecha no salta del reposa, pero fundamentalmente, nos permite mantener una visión directa del blanco o de la pieza con ambos ojos abiertos.
Los que cazamos con tradis, o bien hacemos un disparo super rápido, o bien acompañamos a la pieza - o al blanco en 3D - con la visión de ambos ojos al otro lado del arco, procedemos a alinear, abrir y soltar. La visión bifocal, nos aporta el relieve, y nos permite que el cerebro ajuste distancias en un tiro en el que apenas te da tiempo a calcular longitudes.
Esta bision bifocal, panoramica, a dos ojos, es determinante en el tiro con arcos tradicionales en donde no hay pines ni visores.
Por otro lado, y seguramente tanto o más importante que lo anterior, entender lo que ocurre cuando disparamos en caza con poca luz, tal vez nos permita entender, alguna de las ventajas del la visón con ambos ojos abiertos.
Este argumento lo podeis encontrar, más ampliamente explicado en el articulo de mi libro FUERA DE TROCHA ya en la segunda edición, en el que amplio las dificultades del tiro nocturno y con luz asistida en ambos tipos de arco.
En la fotografia, se ve a estos dos pájaros - Guanche y TioJander - en una visión desde el frente. Uno con un poleas y el otro con una arco tradicional. Con la fotogtafía delante tal vez es más intuitiva la explicación del uso de luz en ambos tipos de arco.
Con un poleas, especialmente en caza con poca luz, cuando nos percatamos de la presencia de la pieza, normalmente la detectamos y la vemos entre sombras y con mayor o menor claridad justo hasta que entra en zona de tiro. Hasta ese momento miramos a la pieza con ambos ojos abiertos y nuestras pupilas muy abiertas por la escased de luz . Al intentar encarar el arco, realizamos la apertura y colocamos el pin del arco aproximadamente en la zona de impacto , zona de la que habremos perdido, en parte, claridad de visión al concentrar la vista en el pin. Posteriormente,intentamos centrar el pin del visor en el peep de la cuerda. Este proceso se hace ya con visón unicamente del ojo dominante y normalmete con el otro ojo cerrado.
Una vez encarados en el proceso de apertura, lo habitual es que nuestra pupila se haya abierto intentando recuperar luminosidad. Todo nos resultará menos nítido, por haber forzado en condiciones de luz escasa, a pasar por el pin y el peep toda la figura del blanco y hasta nuestra pupila. Pues una vez realizado esto, cuando utilizamos un foco externo, cambiamos de forma sorpresiva las condiciones de luz que el ojo ha utilizado en el proceso de apertura. El golpe de luz, genera una radical contracción de nuestra pupila y descoloca todo el proceso anterior. ¿ Donde esta ahora el blanco ?
Se preisan unos instantes - largos - para que el ojo se adpta y vuelva a evaluar donde esta el blanco, donde esta el pin, donde queda todo en el peep, etc. Unos instantes muy largos y muy valiosos , que en muchos casos, las piezas de caza real no nos conceden.
En caza real con poca luz y arcos tradicionales, en ningun momento dejamos de tener visión bifocal. Detectamos inicialmente a la pieza y la seguimos con ambos ojos abiertos, posteriormente encaramos y canteamos el arco con ambos ojos abiertos, y en muchos casos, incluso con poca luz nos es suficiente para generar un disparo certero. Las más de las veces, si usamos luz exterior, el efecto contracción de pupilas, se produce igualmente con estos arcos. La ventaja sustancial es que en menos de un parpadeo los dos ojos enfocan nuevamente , ya adaptados a la nueva intensidad de luz y se genera el disparo.
Creo que esta es una ventaja mayúscula en caza de proximidad y a distancias de menos de veinte metros y con poca luz.
En aquella famosa película de - El Tercer Hombre - todos recordareis que al final se trataba de,,, una mujer. Pues bien, habreís podido constatar que no se me ha ocurrido,,, ni por asomo hablar del tercer ojo. La participación del tercer ojo en el tiro con arco, y especialmente en la caza con arco, suele ser bastente inconveniente,,, créanme.
TioJander.