Lo cierto es que este podría ser sin duda, uno de esos títulos que atraen lectores en las entradas de un blog. Pero fue la primera idea que me vino a la cabeza al relacionar estos conceptos. Me refiero naturalmente a los que voy a mencionar. Los que tenemos costumbre de hacer aguardos de caza con arco, colgados en un árbol o pertrechados en un puesto en el suelo, echamos muchas horas en pensar. Y luego, aunque solo en contadas veces, todo trascurre en apenas unos segundos, y siempre de forma sorpresiva. La caza con arco, no engaño a nadie si digo que es una actividad en la que, casi todo el tiempo se piensa, y escasos solo en escasos segundos se actúa.

 Caza con arco y arquería tradicional ArcodosPor lo anterior, reflexionaba sobre el funcionamiento del cerebro, y especialmente sobre como pensamos. Dicen los neurocientíficos, que hay dos tipos de pensamiento, o dos formas de pensar. Un modo intuitivo (automático) y otro más reflexivo, digamos más racional.

El primero, el automático, es puramente instintivo, rápido. Suelen ser reacciones que se tienen casi sin pensar en nada. Dicen los expertos que, estas actividades automáticas se asocian a la parte más antigua de nuestro cerebro, la más “reptiliana”. Podríamos asociar a este modo todas estas reflexiones: rápido, inconsciente, sin esfuerzo, instintivo, incontrolado y se atiene o soporta también en la experiencia ( el entreno ).

El segundo nivel, o racional, es naturalmente premeditado, consciente y reflexivo. A esta forma de pensamiento podríamos asociarles conceptos como: consciente, lento, deductivo, se atiene a normas, etc.

Hace poco el gran Nadal – el tenista-, tras un largo periodo de retiro para recuperarse de una lesión, decía al reincorporarse que lo primero era volver a recuperar las reacciones instintivas y las respuestas automáticas, para luego poder recuperar los procesos estratégicos y tácticos. Sin duda, manejar de forma automática, rápida, y casi inconsciente las respuestas de base, permite poder concentrarse posteriormente en procesos más técnicos.

Pues dicho esto, ¿ qué relación tiene esto con la caza con arco ?. Pues mucho, veamos. Digamos que tenemos una larga experiencia en tiro con nuestro arco, pero nula experiencia presencial con piezas cinegéticas reales en proximidad. En situación real de caza, el estrés anula prácticamente cualquier comportamiento no entrenado de forma sistemática. Seguramente mil disparos previos a una diana, no nos garantizaran, que en el momento de la verdad nuestra cabeza sea capaz de decidir cuándo realizar el disparo de caza real. Sistematizar también este proceso de decisión es lo que al final distingue o diferencia a un cazador con arco con tablas, de un arquero sin experiencia real en caza con arco. ¿Cuantas veces hemos visto a arqueros de alto nivel que no son capaces ni de abrir el arco ante la presencia de la pieza?. ¿Cuantas veces hemos visto fallar a grandes arqueros a animales de gran tamaño y a escasos 12 o 14 metros ?. Precisamente, la decisión de generar el disparo en una situación de gran estrés en caza, es lo que justamente no estaba previamente entrenado. Seguramente las situaciones de alto nivel de estrés en competición podrían entenderse como asimilables o útiles para lances reales, pero no es así en la práctica real de caza.

Tal vez la mejor de las formas de acomodar la mente a la toma de estas decisiones, sea precisamente estar en presencia de estas piezas de caza, estar ante lances reales o poder acompañar a alguien que si tenga el temple necesario. Meditar sobre ello a posteriori, repasar una y mil veces los movimientos de la pieza o reinterpretar las decisiones de nuestro experto compañero, pueden aportarnos la experiencia que complemente a nuestros miles de tiros de entrenamiento en el campo de tiro.

Mi experiencia, también me ha resultado útil visionando secuencias en video de piezas deambulando en los puestos de caza. Las cámaras de campo – trailcams -, además de indicarnos que animales y sus características, nos pueden permitir teatralizar mentalmente sobre el momento optimo del disparo. Intuir lo que puede hacer a cada paso un animal, en trote, tras una parada, al asomarse a un claro, etc., nos servirá para buscar el momento en el que nuestra mente debe decidir sobre el disparo.

Puede ser una herramienta o una manera de mecanizar el tiro de forma automática, y enlazarla con la cadena de movimientos de apertura, anclado y suelta…..todo en unos segundos. Automatizado, sin errores, incontrolado por elementos externos, rápido, inconsciente, visceral, eficaz.

Con la seguridad que tiene Homer en abrir una de sus cervezas “ DUFF “, tras haberlo hecho mil veces, ¿ quien se arriesgaría a ponerle un sistema de apertura diferente a la botella sin avisarle, y que le hiciese pensar para abrir la botella ?

Alejandro Martín “TioJander”www.arcodos.comEconomista, Licenciado C.U.N.E.F. Consultor financierofacebook.com/tiojander.alejandromartinInstructor Caza con Arco.